Fuí padre adolescente

Voy a contaros la historia de cómo un chico de 2º de BUP (creo que ese fue el año), se convirtió de la noche a la mañana en un padre adolescente y lo que influyó esto en mi juventud.
Como ya he dicho anteriormente, era yo un jovenzuelo cuando todo esto sucedió, de la noche para la mañana empezaron a recibirse extrañas llamadas en la casa de mi abuela, en la cual yo residía temporalmente.

Llamaba una chica y decía que quería hablar conmigo, luego cuando me ponía al teléfono decía que era Miriam y que le gustaría salir algún día conmigo o algo así, la verdad es que no lo recuerdo con demasiada precisión, pero era algo así. Lo curioso es que la voz parecía la suya, pero evidentemente no era ella, porque sino me lo podría haber dicho cualquier día en clase.

Más adelante comentaré quien creo que era la que llamaba a la casa de mi abuela, pero ahora me centraré en la historia.
Resulta que un día cuando yo volvía del colegio, y cuando iba de camino a la casa de mi abuela me tope con esta, que sin mediar palabra empezó a darme con un paraguas y llamarme de todo menos guapo. Este ataque de rabia era debido a que había vuelto a llamar la chica y en esta ocasión habló con mi abuela y le dijo algo tal que así:

"Dígale a su nieto que es un cerdo que por no tomar precauciones me ha dejado embarazada y ahora que hago yo"

A mi la verdad es que la historia me hizo mucha gracia y por ello se la comenté a mucha gente, a la cual también le hizo bastante gracia.
Poco después comenzó la liga interna, en la cual tuve la feliz idea de festejar cada gol que metía como Bebeto cuando en el mundial de Estados Unidos le dedicó un gol a su hijo recién nacido. El pobre de Taboada no podía mantenerse en pie cuando le explicaron porque celebraba de esta extraña manera los goles.
Ahora llega el momento de desvelar mis sospechas y la verdad es que lo tengo bastante claro, yo creo que tuvo que ser Leticia, porque poco tiempo antes de las llamadas me había pedido que le diese mi número de teléfono. Lo extraño es que yo juraría que la voz de la chica que había hablado conmigo era la de Miriam y es cuando sospeché que igual eran compinches, porque otra vez me pareció que la voz era la de Puri. Bueno el asunto es un poco extraño, pero la verdad es que poco después cesaron las llamadas y me olvidé del tema y hasta de las celebraciones.

Bueno esta es una de tantas historias de esa etapa de mi vida que transcurrió en el Rosalía de Castro. Con este relato pretendo dar pie al relato de muchas más historias de nuestra etapa en el colegio, así que os conmino a que vosotros hagáis lo mismo, contando aquellas historias que cosideréis dignas de ser recordadas, en este o en vuestros blogs.